LAS HERIDAS DEL ALMA
TRANSFORMAR LA HERIDA EN PODER
Enciendo un fuego, para todas las mujeres, de esta bendita Tierra.
Emprender el camino hacia nosotras mismas es una tarea ardua. Lo más habitual es que ni siquiera aparezca ese deseo. Hay que saber, en todo caso, que sí se puede emprender ese viaje y aprender a ser. Por lo general esto requiere ayuda, pero se logra en una etapa de sabiduría.
El perdón compasivo es la forma de cerrar las heridas del pasado, para sentir un proceso de gran cura. Es difícil y valiente reconocer la atadura, la herida, sintiendo su dolor. Este paso te ayuda a reconocer que ese martirio te impide vivir el presente y disfrutarlo.
Enfrentarlo, aceptarlo, digerirlo y perdonarlo!
La madre araña me ha enseñado que somos tejedoras del destino. Podemos crear el atajo, el camino largo o la destrucción. Tejer con delicadeza y fuerza, los hilos de la vida. Las elecciones que vamos tomando construyen o destruyen.
Me viene tocar el tema del abandono. Observando la experiencia de los últimos 17 años en consultas y pasos personales, la gran herida del abandono, se cura fortaleciendo la autoestima. Aprendiendo a perdonar y observando el miedo al rechazo, al abandono, a la soledad. El pasado traumático debilita las fibras musculares de la libertad trayendo una verdadera desconexión con el corazón de la vida.
Esta sensación de desconexión, que podría llamarse “La noche oscura del alma”, es la gran pieza final para iniciar el camino hacia la recuperación de las partes perdidas del alma. Lo interesante de este proceso es que todo se reconecta de una forma nueva y más anclada. Cuando esta “Noche oscura del alma” sucede, te da la oportunidad de comprender que falta algo, porque la paz interna, el sentido de identidad interior, se pierde y se vive en continua reacción. No se pierde nada si se comienza a aprender a percibirse a través de los ojos de quienes te rodean. Tu yo interior observa y va guiando hacia las personas puente, esos sanadores, sanadoras, chamanes que van tocando tus heridas para abrazarlas y comprenderlas dándote la oportunidad de transformarlas en poder personal.
Hay un momento en que acecha con eficacia, las memorias de la Ancestralidad. Me gusta ver a las mujeres que quieren sostener su poder, trabajando con sus espíritus guardianes y compasivos. CONSTRUIR, CONSTRUIR Y CONSTRUIR ese poder personal.
Necesitamos sabiduría para observar los ciclos de heridas abiertas y debilitantes, trayendo un análisis con un corazón renovado, empoderado y astuto. Nuestras muertes espirituales siempre traen renacimiento.
Cuando una mujer cura una gran herida habiendo integrado las fracturas del alma, tiene una sonrisa en su rostro. ¿Alguna vez has pensado en compartir energéticamente esa sonrisa con todos los que te conocen? ¿Se te ha ocurrido que puedes sostener la alegría y la pasión de lo que te hace sonreír y atreverte a centrar la vida entera en esa energía del corazón, en lugar de lo que se cree que deberías estar haciendo? Mujeres, eso es lo que está ocurriendo. Es estar experimentando el viaje desde la cabeza al corazón y estamos aprendiendo a reajustar la vida de muchas maneras.
Escucho la voz de la Madre araña: Que todas las mujeres crezcan con valor compasivo. Elegir pensarse, habitarse, llenando el corazón de calor y luz, dirigiendo la energía hacia la matriz de cómo se ha decidido vivir. Es nuestro derecho recuperar la libertad interior y vivir en conexión a la Madre Tierra y al gran padre de los más altos cielos. Es un desafío de evolución llegar a vivir sin herir a nadie por los desacuerdos encontrados. ¡Tejer el destino con un corazón autocompasivo, ES MAESTRÍA!
Mujeres, son tiempos de escuchar las voces internas que guían a usar los hilos que tejen desde las verdades del corazón.
¡Son Tiempos de Ceremonias!